viernes, 12 de agosto de 2016

TMV y Quintero, consideraciones para la (re)incorporación, parte 3 (2)

(Continuación, parte 3)

COBERTURA DE LOS SERVICIOS

SITUACIÓN ACTUAL, COMUNA DE QUINTERO

Como describíamos al comienzo, desde 2007 a la fecha, la conectividad de la comuna de Quintero con las comunas aledañas, tanto del Gran Valparaíso al que pertenece desde 1965 como del resto de la región, especialmente el litoral norte y la provincia de Petorca, ha ido, en lo referente a los sistemas de transporte público, en franco deterioro.

Es así como, en lo referente a servicios locales, los recorridos efectuados entre Loncura y la Península de Quintero, bajo la denominación “Lonquibus”, y efectuados por múltiples operadores, han experimentado una evolución progresiva hasta desde su implementación, a fines de la centuria pasada, contando hoy con un tránsito por la península, incluyendo al terminal provisional de buses interprovinciales y un acercamiento al hospital Adriana Cousiño, lo que no existía antes de 2015.

La multiplicidad de actores y la consiguiente irregularidad del servicio en cuanto a máquinas y frecuencias han sido características propias de un servicio que, aunque funciona todo el año, sólo ofrece regularidad en época estival, quedando los usuarios sin locomoción a eso de las 20:00.

En lo concerniente a la conectividad fuera del Gran Valparaíso, pero dentro del ámbito de influencia relacional de la comuna de Quintero, existían en dicha fecha servicios a la comuna de Puchuncaví al norte de la ruta a Nogales, siendo posible acceder en bus regularmente, cada hora incluso, tanto al centro cívico de la comuna vecina como a los sectores Campiche, Rungue y al importante y extenso núcleo residencial y turístico de Maitencillo. Todos estos servicios eran cubiertos, en cierto grado, de manera competitiva por las empresas buses La Porteña y Sol del Pacífico.

Adicionalmente, resulta interesante mencionar la conexión diaria regular (servicios mañana y tarde) que existía entre la comuna de Quintero y las provincias interiores del Valle de Aconcagua, San Felipe y Los Andes, servicio efectuado por la empresa Vera Arcos y que hoy es casi un recuerdo (de vez en cuando ha visto alguno de estos buses, sobretodo en época estival).

Hoy en día, movilizarse de manera regular en bus desde la ciudad de Quintero hacia el límite norte de la provincia de Valparaíso, además de las comunas litorales de la provincia de Petorca hasta su capital, La Ligua, es una iniciativa incómoda y costosa si se pretende ir más allá de las zonas regularmente cubiertas desde y hacia la península como son Horcón y Ventanas.

No existiendo servicio regular directo, el usuario se ve en la obligación de pagar un pasaje doble, primero para salir de la ciudad de Quintero en trecho corto más allá del cruce La Virgen hasta el sector La Greda (Ventanas) para luego esperar locomoción al norte de dicho punto en la ruta F-30E, a escasos metros de fuentes emisoras peligrosas como las plantas termoeléctircas y la fundición Ventanas de Codelco.

En este sentido, la conexión en bus entre Quintero y Ventanas es efectuada de manera dominante por la empresa Sol del Pacífico, secundada por las máquinas de Costa Bus Ltda (actuando en coordinación tarifaria con la primera); todos estos, teniendo a Quintero como intermedio en los servicios efectuados entre la caleta Horcón y Valparaíso, teniendo por punto común de partida y control los patios terminales de Sol del Pacífico en calle Galvarino, Playa Ancha.

Este dominio indiscutido de Sol del Pacífico, de características monopólicas, sólo cuenta con la notable aunque escasa participación de los servicios efectuados entre Caleta Horcón y Nogales, pasando por Quillota y La Calera, por la empresa de buses Limequi S.A., los cuales tienen a Quintero como punto de circulación intermedio tanto hacia las localidades vecinas de la bahía como hacia la provincia vecina al oriente.

Los usuarios quinteranos han dado a esta última un rol clave en sus esfuerzos por hacer financieramente menos gravosos los viajes al resto del Gran Valparaíso, metrópoli a la que pertenecen y de la que, sin embargo, han sido negados hasta la fecha por la autoridad responsable al efecto. Es así como, mientras que Sol del Pacífico (y Costa Bus en coordinación con esta) establece unilateralmente una tarifa de $900 hasta la rotonda de Concón, Limequi cubre dicho tramo cobrando a cada pasajero un valor de $700, siendo $1000 el valor del pasaje entre Quintero y la vecina comuna de Quillota.

No siendo una práctica general, pero sí muy frecuente, muchos quinteranos utilizan los servicios existentes hasta la rotonda de Concón para, desde allí, poder acceder a los servicios licitados del TMV, llegando incluso a cancelar hacia Valparaíso, la mitad de lo que les costó llegar a Concón para abordar, sea que se suban al servicio 601 por Av. Borgoño o elijan el recorrido 602 por Maroto y la Av. Edmundo Eluchans, ambas líneas operadas por la empresa Buses del Gran Valparaíso S.A., Unidad de Negocios N° 6 del TMV.

Por el trayecto entre Quintero y Playa Ancha, pasando por el centro de Viña y las avenidas España y Errázuriz en Valparaíso, el pasaje directo entre Playa Ancha y Quintero oscila entre $1500 y $1600, según solicitud de aumento de tarifas hecha por Sol del Pacífico a la Seremitt de Valparaíso y aprobada por esta a fines de 2012.

Cabe destacar que, hasta iniciarse las obras de remodelación de la subida Alessandri, el ingreso y salida hacia y desde el centro de la ciudad jardín era efectuado por esta vía, desde la rotonda Santa Julia, continuando por Av. Libertad hacia 1 norte y desde allí, cruzando el estero, por Av. Marina. Hoy los buses han añadido una vuelta de 6 Km hacia el sector El Salto, tomando para ello rumbo a la ruta Las Palmas y el túnel Jardín Botánico, trayecto de conocida y frecuente accidentabilidad; utilizando en el trayecto de ida y regreso el par vial Viana-Álvarez hacia y desde Av. España.

Por su parte, para alcanzar las comunas de Quilpué y Villa Alemana, la empresa Sol del Pacífico dispone de servicios de baja frecuencia hacia Horcón y Ventanas, con intermedio en Quintero, desarrollados entre las 17:00 y las 20:00, con valores similares a los operados por la misma empresa hacia Playa Ancha. Dichos servicios circulan por la zona alta de Viña del Mar al sur de la rotonda Santa Julia.

No es de extrañar que, en otras horas del día, y por razones tanto tarifarias como de conectividad, los usuarios quinteranos prefieran dar el salto de un bus a otro en la comuna de Concón, pudiendo incluso acceder a la costa de Reñaca, al terminal de Viña del Mar y acercarse al hospital Gustavo Fricke gracias a los servicios 302 y 303 de la empresa Sol y Mar S.A., Unidad de Negocios N° 3 del TMV.

Este escenario no puede quedar completo sin hacer mención imprescindible a los servicios de transporte público que acceden al sector Santa Rosa de Colmo, en la ribera norte del río Aconcagua. Dicha localidad es hoy el único punto de la comuna de Quintero servido regularmente por el sistema licitado de transporte público del Gran Valparaíso.

Pero con una particularidad muy especial.

Para disponer la cobertura de dicho sector, el TMV dispone a la fecha de dos recorridos que cruzan el puente sobre el río Aconcagua, las líneas 305 y 608, a Peñablanca (Villa Alemana) y Aduana (Valparaíso), respectivamente. La operación de estos buses no generaría mayor extrañeza si no fuera porque dicho ingreso y salida al sector Colmo es efectuado haciendo pasar la zona como parte del área local de la comuna de Concón, situación a todas luces irregular y, en cierto modo, atentatoria contra la integridad del tejido espacial, cultural y humano de la comuna de Quintero.

Tal situación se ha manifestado hasta la fecha, sin interrupciones ni variaciones notables (como pudiera haber sido la temprana y nunca realizada extensión de dichos recorridos por Valle Alegre hasta la península de Quintero).

La continuación de la misma sólo acarrearía mayor degradación de la integridad e identidad comunal, con la consiguiente pérdida de redes familiares y sociales, una negativa carga emotiva de amargura y desarraigo cultural y social; un impacto que sería irreversible para un Quintero ya severamente golpeado de manera cotidiana, además de devenir en un nuevo hito desastroso para Chile en lo que respecta a la implementación de políticas de transporte público.

Es por todo lo anterior que, tras el anuncio efectuado a fines de enero pasado por la autoridad de tener operando el sistema TMV en la comuna de Quintero en junio de 2016, resulta menester tratar estas cuestiones con la seriedad, celeridad e integridad comprensiva que merece.

RECORRIDOS A IMPLEMENTAR, PUNTO DE PARTIDA: Con la descripción de la situación de cobertura y las relaciones de cálculo tarifario propuestas anteriormente, es menester entrar acometer de frente la determinación de los servicios y actores que habrán de materializar la reincorporación de la comuna de Quintero al régimen licitado de buses metropolitanos del Gran Valparaíso.

Surge así la duda de buscar un punto de partida lo menos excéntrico posible, susceptible de implementarse de forma inmediata, en lo posible, y que pueda servir como fuente de discernimento para el diseño de servicios definitivos, sobretodo, pensando en la necesaria y futura nueva licitación de todo el sistema (“TMV 2”).

Entonces, hechas las relaciones de cálculo tarifario a partir de aquellas actualmente vigentes para las unidades de negocio del sistema licitado, y atendiendo a la conducta de los usuarios quinteranos que hacen a menudo cambio de bus en la rotonda de Concón, diseñando sus viajes en busca tanto de mejores condiciones tarifarias como, tan o más relevante aún, persiguiendo alcanzar otros destinos más allá de aquellos cubiertos por empresas como Sol del Pacífico; es que, a efectos de introducir cambios sensibles en las experiencias de viaje de estos ciudadanos del norte del Gran Valparaíso, resulta propio postular la extensión de recorridos actualmente existentes en el sistema licitado hasta las áreas de servicio propuestas en la comuna de Quintero.

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